18 de enero de 1912, el capitán Scott acompañado de Evans,
Wilson, Bowers y Oates, alcanza el Polo Sur. Pero fracasa en la
hazaña de ser el primero, sobre el punto de latitud 0 ondea ya
la bandera noruega del explorador Amundsen. Exhaustos y
fracasados emprenden el regreso.
16 de febrero Polo Sur
cinco ingleses por el desierto Azul
Evans va último de la fila
y colgada de su mochila
va la muerte dispuesta a demostrar
que una vez muerto
no se está mal en aquel lugar.
No hubo lápida
si hubo plática
que Dios salve a la reina
gloria eterna a los héroes
de la Antártida.
6 de marzo y Oates no puede más
son sus pies dos cuchillas de cristal
de arrastrarse en algunos tramos
tiene heladas también las manos
pero nadie le quiere abandonar
y mientras duermen
sale al paso de la eternidad.
No hubo lápida
si hubo plática
que Dios salve a la reina
gloria eterna a los héroes
de la Antártida.
30 de marzo
aquí acaba el diario
de Bowers, Wilson y Scott
que las ayudas que nunca nos llegaron
vayan a los que quedaron
nuestros hijos, nuestras viudas
como un inglés
mueren tres.
No hubo lápidas
no hubo pláticas
no hubo Dios
ni hubo reina
sólo nieves eternas
en la Antártida.
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