La nieve estaba cayendo los pinos se congelaban en el risco del madroño unas armas apuntaban solo las plumas de nieve aquellas miras nublaban. Les dijo Ramiro Sierra aquí no se engaña nadie yo solo vine a cobrarles la muerte de mi compadre y a recoger el ganado que le robaron cobardes. Eran seiscientos novillos también ganado lechero por eso lo codiciaban esos malditos cuatreros mas no savia que Ramiro les iba rajar el cuero. Calibre dos veintitres que bonito cacareabas se confundían los quejidos con el mugir de las vacas y los ecos en la sierra esa balada grababa. El caballo era un criollito pero muy bien arrendado por eso sin su jinete supo realar el ganado Ramiro estaba orgulloso de su retinto dos albo. Adiós caballo retinto siempre serás el primero ya murió don Pablo Chávez aquel rico ganadero ojala que aya en cielo sigas errando becerros.